Apoya a los padres y ciudadanos preocupados en California. Firma nuestra petición contra el plan de estudios de educación sexual (ideología de género) que se está imponiendo en las escuelas de California y eliminando el derecho de los padres de educar a sus hijos como consideren más apropiado. 

Con este plan de estudios, los niños reciben información sobre sexualidad sin que los padres podamos opinar. 

Durante décadas, los legisladores de California han promulgado políticas que promueven elecciones de estilo de vida provocativas que despojan a nuestros hijos de su inocencia. Un ejemplo de ello es la Ley de Jóvenes Saludables de California (AB 329).

Durante casi un siglo, la Corte Suprema ha reafirmado reiteradamente el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos y ha otorgado a ese derecho la más alta protección bajo la Constitución. Este derecho se basa en el entendimiento de que la unidad familiar es la base de la sociedad y que los padres, no el gobierno, son quienes deben determinar qué es lo mejor para sus hijos.

Sin embargo, los derechos de los padres enfrentan ataques cada vez peores, particularmente en las instituciones educativas de Estados Unidos. El sistema de escuelas públicas se ha alejado de su propósito original de proporcionar educación gratuita a todos los niños de una manera que afirme los valores y la autoridad de los padres. 

Actualmente, las escuelas públicas asumen el papel de padres al imponer los valores que cada niño debe adoptar moral, social y filosóficamente. 

Las escuelas asumen la autoridad de enseñar educación sexual de la manera que mejor les parezca, sin tener en cuenta la idoneidad de la edad de los materiales que se utilizan. Y han ampliado dicha instrucción a otros temas, como alentar a los niños desde preescolar a explorar diferentes orientaciones sexuales e identidades de género.

Lamentablemente, los tribunales federales no han conservado adecuadamente el derecho fundamental de los padres a elegir la educación de sus hijos. Los tribunales han dictaminado que los padres no tienen derecho a oponerse a los libros de texto o materiales de enseñanza utilizados en las clases de sus hijos, que no pueden retirar a sus hijos de la clase cuando la escuela enseña temas objetables religiosa o moralmente y que no tienen derecho constitucionalmente protegido a saber qué se les está enseñando a sus hijos. 

Un tribunal llegó a afirmar que el derecho de los padres se limita a decidir si su hijo asistirá a una escuela pública, privada o a hacer homeschooling. Una vez que se toma la decisión de enviar al niño a una escuela pública, los padres pierden el control adicional sobre lo que se les enseña a sus hijos. En resumen, hemos llegado a un lugar donde los tribunales no están dispuestos a defender los derechos de los padres y, en cambio, otorgan casi todo el poder a las escuelas públicas.

Dado que los padres no pueden confiar en que los jueces defiendan su derecho a dirigir la educación de sus hijos, la solución más prometedora para proteger este derecho es a través del proceso legislativo. 

Las leyes de derechos de los padres proporcionan pautas claras que los tribunales deben seguir e incluso pueden expandir los derechos de los padres para garantizar que se apliquen en el contexto de la escuela pública.

Estamos seguros que nuestros derechos como padres a decidir la educación de nuestros hijos deben ser protegidos en la futura legislación y que entre otras medidas deben incluir: 

• El derecho a ser notificados por la escuela si el niño está inscrito en un curso que incluye educación sexual, planificación familiar, discusiones sobre orientación sexual o identidad de género, diversidad sexual y violencia extrema.

• El derecho a excluir al niño de cualquier curso o actividad escolar que sea moral o religiosamente ofensivo para los padres.

• El derecho a revisar todos los planes de estudio y materiales de enseñanza utilizados en un curso en el que el niño está matriculado.

• El derecho a ser notificado antes de cualquier actividad que incluya información sobre los servicios anticonceptivos, incluidos los servicios médicos confidenciales, ya sea en la propiedad escolar o fuera del sitio durante el horario escolar.